Yves Saint Laurent

Parisina

Agua de perfume

El retrato de una mujer extraordinariamente libre. Libre para pensar y actuar. No nació en París, pero París la adoptó. Ahora sabe vivir y amar. Un frasco precioso, cincelado como el laberinto de las calles parisinas, suave como las sábanas que acaba de dejar, rosa como el cielo al amanecer, alta costura como la etiqueta YSL sobre cuero negro.

FRAGANCIA

Magnífico ramo de estructura amaderada, luminoso incluso en su lado misterioso, PARISIENNE es la fragancia de la feminidad llevada al extremo, calentada por el toque de quien la envuelve entre sus brazos. Las notas altas aportan el brillo de un acorde de vinilo, un atractivo ultramoderno para el brillo, el pulido o el metal de un tacón de aguja, luego las notas ácidas de arándano dan un toque agudo y penetrante, evocando una cierta impertinencia suavizada de la mora, chispeante. , tentador y afrutado, símbolo de una PARISIENNE epicúrea. El corazón floral de la fragancia se juega con la feminidad absoluta de la rosa damascena, en perfecta armonía con las notas empolvadas de la violeta, tan sensual como la piel que lleva Kate Moss. Por el contrario, la peonía da un soplo de juventud PARISIENNE y un toque de frescura matinal. El fondo está puntuado por una tumultuosa e intensa oleada de notas amaderadas, en primer lugar el pachulí, el misterio por excelencia. Y cuando la virilidad del vetiver coquetea con la sensualidad femenina del almizcle y el sándalo, no es ningún secreto que esta noche PARISIENNE fue una "noche de amor".