Agua De Los Baños Termales De Abano

Solución hipertónica

Indicaciones: higiene diaria de la nariz en caso de resfriados y rinitis en niños y adultos.

La irrigación nasal realizada mediante el práctico dosificador anatómico ayuda a eliminar de la nariz polvo, suciedad, mucosidades, bacterias, virus y alérgenos.

También es útil para la terapia de enfermedades del tracto respiratorio superior y para aliviar dolencias relacionadas.

Instrucciones de uso:
1) Retire la tapa protectora de la lata.
2) Colocar el regulador anatómico en la base de la fosa nasal.
3) Aplique una ligera presión a la base del regulador mientras inhala con la nariz
4) Repetir la operación en la otra fosa nasal
5) Después de cada uso, lave el dispensador con agua

Consejos para un correcto lavado nasal:

• Durante el lavado se debe girar el cabezal de forma que la fosa nasal por la que se introduce la solución quede ligeramente más alta que la otra. la solución saldrá por la otra fosa nasal más abajo y sólo se percibirá una pequeña parte en la cavidad bucal.
• No dirija el chorro hacia el tabique nasal, sino hacia la parte superior y exterior de la nariz. Debe estar ligeramente inclinado hacia adelante sobre un fregadero que recogerá todas las secreciones.
• Durante el lavado nasal es necesario respirar por la boca
• Después del lavado, es recomendable sonarse la nariz para eliminar secreciones y solución residual.
• Repita la aplicación varias veces al día según sea necesario

¿Cuándo es útil realizar lavados nasales?

• En el caso de la rinitis alérgica, para eliminar alérgenos y sustancias producidas por el paciente alérgico que provocan la inflamación propia de la alergia (histamina y leucotrienos). Este resultado se logra sobre todo mediante lavados nasales frecuentes. El efecto del lavado nasal dura unas horas y potencia la acción de los antihistamínicos y los sprays de cortisona.
• En la rinosinusitis aguda o crónica, una enfermedad caracterizada por secreción de moco o pus en la garganta, obstrucción y secreción nasal, dolor cerca de los ojos y la nariz, tos y, a veces, fiebre. En esta situación, el lavado nasal descongestiona la mucosa y aumenta la eficacia de los antibióticos.
• En rinitis bacteriana y resfriado común (viral).
• En personas que continúan aclarándose la garganta por la presencia de secreciones en la parte posterior de la faringe
• En pacientes que roncan como consecuencia de una obstrucción nasal.
• En sujetos expuestos al humo u otros irritantes y que sientan sequedad nasal (rinitis atrófica y desecante).
• En sujetos con los oídos cerrados mientras se encuentran en alta montaña, en avión o después de bucear.
• En poliposis nasal.
• Después de una cirugía de nariz (rinoplastia, septoplastia, resección de cornetes nasales y etmoidectomía) por esta indicación, consulte a su médico.